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Agustín Francese

Nox - Nocturnus Erus

Nox - Intellegens

"Tú tienes poder sobre la vida y la muerte.

Haces bajar a las puertas del abismo,

y haces subir de allí."

Sabiduría 16, 13.

Infernus et daemonum

Por mí se llega a la ciudad doliente,

por mí se accede al eternal tormento,

por mí se va tras la maldita gente.

Movió a mi autor el justiciero aliento,

me hizo la divina Gobernanza,

el Primo Amor, el Alto Pensamiento.

Antes de mí no hubo jamás crianza,

sino lo eterno, y yo por siempre duro.

¡Oh, los que entráis, dejad toda esperanza!

 

Divina Comedia, Infierno, Canto III

Nueve veces el espacio de tiempo que miden el día y la noche entre los mortales, aquel espíritu con su hórrida banda yació vencido, revolcándose en el ardiente abismo, maldito, aunque inmortal. Pero su condena le reservaba aún más rabia; pues ahora el pensamiento tanto de felicidad perdida como de eterno dolor le atormenta. De una sola mirada, que llega tan lejos como es dado a la penetración de los ángeles, ve el espantoso sitio, desolado y sombrío: un calabozo horrible, en toda su periferia, como un gran horno, llameando; pero de aquellas llamas ninguna luz brota, sino más bien visibles tinieblas, que sirven sólo para descubrir vistas de horror, regiones de tristeza, lúgubres sombras, donde la paz y el descanso no pueden jamás morar; la esperanza nunca llega, que llega a todo; pero una tortura sin fin impera, y un diluvio de fuego, alimentado con un inconsumible azufre que por siempre arde. Tal el sitio que la justicia eterna había preparado para aquellos rebeldes; aquí estaba destinada su prisión en completa oscuridad, tan alejada de Dios y la luz del cielo como tres veces la distancia que media entre el centro del universo y el polo más distante; ¡oh, cuán distinto del lugar del cual cayeron!

 

The lost Paradise (J. Milton)

Los demonios de E. Swedenborg

"Los demonios de Emanuel Swedenborg (1688-1772) no constituyen una especie; proceden del género humano. Son individuos que, después de la muerte, eligen el infierno. No están felices en esa región de pantanos, de desiertos, de selvas, de aldeas arrasadas por el fuego, de lupanares y de oscuras guaridas, pero en el Cielo serían más desdichados. A veces un rayo de luz celestial les llega desde lo alto; los demonios lo sienten como una quemadura y como un hedor fétido. Se creen hermosos, pero muchos tienen caras bestiales o caras que son meros trozos de carne o no tienen caras. Viven en el odio recíproco y en la armada violencia; si se juntan lo hacen para destruirse o para destruir a alguien. Dios prohíbe a los hombres y a los ángeles trazar un mapa del infierno, pero sabemos que su forma general es la de un demonio. Los infiernos más sórdidos y atroces están en el Oeste."

Jorge Luis Borges.

La Atmósfera Tenebrosa

"Dios procura el bien del hombre de dos maneras. Una, directamente, esto es, siempre que alguien es atraído al bien o alejado del mal. Y esto es hecho dignamente por los ángeles buenos. Otra, indirectamente, o sea, cuando alguno que es atacado se esfuerza en rechazar al adversario. Y esta manera de procurar el bien del hombre fue conveniente que se llevara a cabo por medio de los ángeles malos, a fin de que, después de su pecado, no quedasen totalmente excluidos de colaborar en el orden del universo. Así, pues, los demonios tienen dos lugares de tormento: Uno por razón de su culpa, que es el infierno, y otro por razón de las pruebas a las que someten a los hombres, que es la atmósfera tenebrosa".

Santo Tomás de Aquino.

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